El Carrasco comunicación, si no lo explicas, no existe_

Twitter (sí, ahora se llama X, pero es y será siempre Twitter) fue demolida hasta los cimientos tras su compra por parte del genio, ahora metido a psicopolítico, Elon Musk. Despidió al 80% de la plantilla, obligó a pagar una tarifa mensual para verificar cualquier perfil y subió los precios a los anunciantes_

El resultado, más allá del impacto laboral, fue desastroso para empresas que tenían Twitter como principal medio de comunicación con sus clientes. Miles de personas se han ido de la red social, la no moderación de contenidos ha convertido el timeline en un patio de ultras y su reputación se ha desplomado. Centenares de empresas perdieron clientes, ventas, posibles negocios y mails de contacto_

Aunque denostado, el newsletter sigue siendo el mayor tesoro que puede tener una empresa, sea del tamaño que sea. El newsletter es tuyo, tuyo y de nadie más, esos mails son leads más o menos calientes porque esa persona se dio de alta voluntariamente. El newsletter te permite crear, innovar, probar, cuidar, apostar, sin miedo a que alguien decida cerrar Instagram o cobrar a cualquiera que no sea estadounidense (que no se ha dado, pero podría ocurrir perfectamente)_

Así que vuelvo al titular de este post: te cambio newsletter por un millón de seguidores en cualquier red social_

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